lunes, 12 de marzo de 2012

Capítulo 3: Y llegó el dia de marcharse.

- Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!.- grité.
- ¿Qué pasa?.- me dijo Andrea con cara de asesina.- ¿Te he asustado?.- Andrea me daba miedo. Eran las seis de la mañana, estaba durmiendo. Pero cuando me desperté y abrí los ojos, casi me da un infarto. Lo primero que vi fue la cara de mi mejor amiga mirándome, era siniestro. La luz estaba apagada y aún era de noche, y lo normal abría sido despertarme con un “Alba, alba, levanta”, no mirándome como dormía hasta que me despertara.
- ¡Pues claro que me he asustado! ¿Estas loca? ¿Cuánto tiempo llevas ahí?.- dije con cara de muerta de miedo y despeinada totalmente, tanto, que mi mejor amiga se empezó a reír descontroladamente.
- Jajajajajajajajajajajajajajajaja… Pues una media hora.- cada vez me daba más miedo.
- Shhh, calla, que vas a despertar a mi madre.- que escandalosa.- Anda, vamos al baño.
Fuimos al baño y nos lavamos la cara. Después, a la cocina, y para nuestra sorpresa, mi madre estaba allí preparándonos el desayuno. Cuando nos vio, vino hacia nosotras. Y me dijo que me iba a echar de menos estos quince días, y también que nos comiéramos el desayuno que dentro de un rato iba a venir mi tío.
Disfrutamos del desayuno y nos fuimos a vestir, por supuesto, nos pusimos el conjunto planeado. Nos quedaba bastante bien. Cogimos las maletas, nos metimos las últimas cosas (como la cámara de fotos, me la llevaba a todas partes) y las llevamos al recibidor.
Llamaron al telefonillo, era mi tío.
- ¿Si?
- Alba, soy yo, tu tío, bajar ya que el coche está preparado.
- Ya vamos tío!.- respondí entusiasmada.
Me despedí de mi madre y de mi perrita Tara y salí por la puerta con Andrea y todas las maletas, parecía que nos íbamos a la guerra. Bajamos del ascensor y salimos del patio. Allí estaba, mi tio, con su supercoche. Metimos las maletas en el maletero y nos metimos en el coche. Llegamos hasta la casa de mi tío, que estaba muy cerca de la estación de tren. Dejamos el coche en el garaje de su casa y nos dirigimos los tres con todas nuestras cosas hacia la estación de tren. Cuando llegó el tren nos subimos junto a muchísima gente y nos sentamos en uno de los vagones. Estuvimos todo el trayecto hablando, Andrea y yo, de lo que íbamos a ver, de lo bien que nos lo íbamos a pasar y de cómo íbamos a reaccionar cuando viéramos a nuestros cinco chicos en el escenario. También nos dormimos un rato. Cuando llegamos a nuestra parada y salimos del tren, no podíamos creerlo, estábamos en Madrid! Y dentro de dos días íbamos a ir al concierto a ver a nuestros chicos. Estábamos, nerviosas, emocionadas y a la vez a punto de llorar de alegría. Era un cúmulo de emociones.
Mi tio paró un taxi y nos montamos, y nos dirigimos al hotel. Al llegar al hotel, entramos al vestíbulo, era un hotel precioso, y nos acercamos a la recepción.
- Hola, buenos dias, hemos reservado dos habitaciones para quince dias.- dijo mi tio.
- Buenos dias señor, ¿con qué nombre hicieron la reserva?.- dijo la recepcionista, parecía muy amable.
- Eliot Herrera
- Aquí tiene la llave de la habitación simple y esta es la de la habitación doble.- dijo la chica entregándole las tarjetas y los horarios de comidas a mi tio.
Mi tío nos dio la llave y nos dijo que nuestra habitación estaba en el cuarto piso. Él se fua a su habitación a descargar.
- Corre Andrea, vamos.- agarré del la mano a mi mejor amiga y la llevé hasta el ascensor del hotel. Entramos y subimos hasta la cuarta planta. Empezamos a correr por el pasillo con todas las maletas y a mi se me calló una y se abrió, tuvimos que recoger un montos de cosas que se habían caido. Por fin llegamos a la habitación.
- ¿Preparada?.- le dije a Andrea sacando la tarjeta llave de mi bolsillo.
- Claro, abre la puerta.
- ¿Lista?- dije haciéndome la interesante.
-¡Alba! ¡Que me estas poniendo nerviosa! ¡ABRE YA!
Pase la llave y abrí la puerta. Era una habitación preciosa pero no nos fijamos mucho porque lo primero que hicimos fue correr hacia la cama y dejar todos los trastos, ni siquiera estuvimos diez minutos. Solamente abrí la maleta y cogí mi Black Berry, la cámara y dinero; y Andrea hizo exactamente lo mismo. Cogimos la llave, salimos y cerramos la puerta. Llamé a mi tío por teléfono para avisarle de que íbamos a bajar a comer, teníamos un hambre que nos moriamos. Después de comer nos cruzamos con mi tio por el pasillo y le dijimos que íbamos a dar una vuelta por Madrid para conocer la ciudad y estuvo de acuerdo. Estuvimos toda la tarde haciendonos fotos y pasándolo en grande y cuando comenzó a oscurecer volvimos al hotel después de media hora buscándolo, creiamos que nos habiamos perdido. Nos reunimos con mi tio y cenamos, la comida del hotel era excelente. En los pasillos nos despedimos de él y nos fuimos a nuestra habitación. Una vez allí, nos duchamos y nos pusimos el pijama. También nos preparamos la ropa para el dia siguiente… ¡Mañana era el concierto! No podiamos creerlo, pero aún así, después de ver un rato la tele nos fuimos a la cama y nos dormimos. Me moría de ganas de ver lo que pasaba en el concierto. Mañana iba a ser mejor de lo que ya me esperaba…

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